Esta entrada es algo especial. Se la querría dedicar a una gran amiga, Blanca.
A ella también le gusta mucho escribir, y le pedí que escribiera una reflexión para compartirla aquí, en éste blog. Ella me pidió un tema sobre el que escribir, y la dejé elegir. Ella necesitaba inspiración, y le dije "Pingüinos", como tema random. "No hay mucho que reflexionar sobre eso", dijo ella. Y a modo de respuesta elaboré el siguiente texto.
Te lo dedico con todo mi cariño, Blanca. Un besazo, te quiero mucho. Eres una gran amiga.
(Por cierto, visitad su tumblr
aquí!!)
Hace
poco, no recuerdo muy bien dónde, leí un dato curioso sobre los
pingüinos.
Decía
algo así como “¿Por qué no pueden volar los pingüinos? Porque
eran demasiado buenos nadadores, por lo que la evolución se centró
en desarrollar esa habilidad en lugar de otras, como volar”.
Eso
me dio qué pensar, y me planteé varias cosas. “¿Cuál es la
característica más general de las aves”, me pregunté. La
respuesta vino sola: “Que vuelan, y ya”.
Pero
el pingüino no. Y cuando lo entendí, sonreí. “¿Por qué no?”.
“Pues porque es diferente”, fue mi respuesta.
Día
a día, lo diferente es desprestigiado, y desvalorizado, por no ser
lo que socialmente está establecido.
Yo
pienso, de corazón, que lo diferente no es el camino hacia el
fracaso, como se cree por lo general, sino un camino alternativo al
éxito, un camino propio, que tú mismo elaboras con tus manos, y
caminas a tu manera.
Deberías
plantearte: ¿Por qué? ¿Por qué tengo que ser igual que todos?
¿Por qué no me puedo sentir especial? ¿No puedo hacer las cosas a
mi manera?
La
respuesta, si me lo preguntas a mí, es fácil: Haz lo que te de la
gana. Sí, sí, en serio, hazlo. Mientras no hagas daño a nadie, ni
te hagas daño a ti mismo, ¿por qué no desarrollarte como persona
como más te guste?
Otra
de tus dudas puede ser “¿Y si eso me hace débil ante lo que me
encuentre?”. También tengo respuesta para eso: No vas a ser
incapaz de luchar contra las adversidades, sino que lucharás de otra
manera, a TU manera.
No
tengas miedo de cambiar, de dejarte llevar, de ser quien quieres ser,
y que tus aptitudes te definan como un ser único en el mundo, porque
lo eres, único, e irremplazable.
Y
todo esto, me lo ha enseñado un pingüino. Curioso, ¿eh?
Juan Manuel Martín Benítez